GREYTOWN, NICARAGUA

 Carlos Fonseca Fábregas, 09 de mayo 2022


GREYTOWN 1849, de un plano francés. The National Archives Washington, DC


Recientemente realicé un viaje a la ciudad de San Juan del Norte en compañía de compañeros de la universidad, ya todos retirados. Iniciamos la aventura saliendo desde Managua, en dirección a la ciudad de San Carlos, donde pernoctamos.  Al día siguiente, nos embarcamos en una panga que hace la travesía de San Carlos a San Juan. Existen dos tipos de pangas: la rápida y la lenta. Nosotros tomamos la rápida. Aun así, el viaje duró ocho horas. En el camino, la panga se va deteniendo en diferentes lugares. El principal de ellos es El Castillo, que tiene una historia de heroísmo que incluye a Rafaela Herrera.

El viaje me motivó a escribir este artículo sobre Greytown y los eventos del pasado que llevaron a la destrucción de la ciudad en el siglo diecinueve por la Marina de los Estados Unidos, ayudado con diversas investigaciones históricas realizadas sobre la ciudad de Greytown y tomando como principal referencia el libro “Campana Rota, Camalotes Tumbas y Olvido”, escrito por el Dr. Alejandro Bolaños Geyer.

El motivo de esta historia es esta interesante ciudad, llamada originalmente por los españoles San Juan del Norte y después por los ingleses Greytown.

HISTORIA DE SAN JUAN

En 1535, Rodrigo de Contreras y La Hoz (1502-1558) fue designado gobernador de Nicaragua, reemplazando al obispo del país, Diego Álvarez Osorio. Una vez en funciones, organizó en 1539 una expedición, encomendando a Adolfo Calero y Diego Machuca explorar la zona de la desembocadura del Río San Juan con el mar caribe llamada el “Desaguadero”.

Calero, el 24 de junio de 1539, nombra el sitio “San Juan del Norte” y el río lo nombra “San Juan”, dado que en esa fecha se celebraba a San Juan Bautista. Pero no es sino hasta 1541 que el gobernador Contreras fundó San Juan de la Cruz o San Juan del Norte. Ya para 1544 había comercio entre este poblado y la ciudad de Granada.

Durante varios años, pasaron por la bahía de San Juan del Norte conocidos piratas que remontaron el Río San Juan para atacar Granada, , entre ellos: Henry Morgan, John Morris, John Davis, Francois L´Ollonais y Juan Gallardo “Gallardillo”.

En 1707, San Juan del Norte es atacado y tomado por piratas ingleses respaldados por indios zambos y misquitos. En 1769, Gran Bretaña se posesiona de San Juan del Norte y en 1780 una flota inglesa penetra por el Río San Juan para atacar El Castillo de la Inmaculada Concepción. Entre los atacantes, figura el futuro Almirante y vencedor de la Batalla de Trafalgar, Horacio Nelson.

En 1786, se establece un destacamento militar español, y en 1796, San Juan del Norte es declarado por la Corona Española puerto libre para efectos de comercio.

Ya en el siglo XIX, el 14 de agosto de 1841, San Juan del Norte es ocupada por ingleses y misquitos, quienes por primera vez ondean su bandera indígena. En enero de 1848, Nicaragua y Gran Bretaña celebran el llamado Tratado de las Cien Islas, firmado en las Isletas de Granada, mediante el cual Nicaragua reconocía la ocupación de los ingleses y misquitos, aunque no su soberanía.

La ocupación de San Juan de Nicaragua por Inglaterra no produjo ninguna reacción del gobierno de Washington, que en esos momentos se encontraba en los episodios finales de la Guerra con México. Estados Unidos adquiere California y otros territorios del norte mexicano como botín de guerra.

San Juan del Norte comienza a llamarse Greytown en honor a Sir Charles Edward Grey, quien en 1841 fue gobernador de Barbados y de las islas Windward (St Lucia, Trinidad, Tobago y St Vincent). Para 1846 era gobernador de Jamaica.

ACCESSORY TRANSIT COMPANY Y CORNELIUS VANDERBILT

 

Cornelius Vanderbilt (1794 – 1877)

En 1849 surge la fiebre del oro en California y se inicia el tránsito de los buscadores de oro hacia San Francisco vía San Juan de Nicaragua.

Las rutas que se utilizaban para llegar a San Francisco desde Nueva York, eran atravesando los Estados Unidos o Panama, con los atrasos normales del viaje, con frecuencia pasaban meses. Esto provoca la entrada de un nuevo actor, la ''American Atlantic and Pacific Ship Canal Company" y su subsidiaria la “Compañía Accesoria del Tránsito (ATC)”, organizadas en Nueva York por Comodoro Cornelius Vanderbilt con su socio Joseph L. White y otros.

En 1850, se preparó el primer viaje para el transporte de pasajeros de Nueva York a San Francisco promovido por Vanderbilt, y en 1851, llega a Greytown el primer barco proveniente de Nueva York llamado “Prometheus”. Entre los pasajeros se encuentra el mismo Vanderbilt.

En esa época, un viaje por tierra a través de los Estados Unidos era una empresa ardua y podía durar muchas semanas. ATC llevó pasajeros en vapor desde Nueva York a Greytown. Desde allí, viajaban por el río San Juan hasta el lago de Nicaragua, cruzando el lago hasta el pueblo de la Virgen en Rivas. Luego, una diligencia cruzaba el estrecho istmo hasta San Juan del Sur, donde otro vapor los llevaba a San Francisco.

Ruta de la ATC

El ATC proporcionó la ruta más barata a California desde la costa este a una tarifa de US$300 cada uno, que luego se redujo a US$150.

Para diciembre de 1852, los vapores lacustres y fluviales en treinta viajes de ida y vuelta habían transportado 19,000 pasajeros con sus equipajes a través de Nicaragua, más de un millón de libras de carga, más un millón de dólares del oro de las minas californianas, más los pasajeros y carga locales. En 1853, entre el 1 de enero y el 27 de junio, los vapores de la ATC habían transportado 5,650 pasajeros a San Francisco y 4,272 californianos de regreso al Atlántico; de allí en adelante, el ritmo se mantuvo en alrededor de 2,000 pasajeros mensuales.

CONFLICTO CON ESTADOS UNIDOS

Al ser la ruta de tránsito un negocio muy lucrativo, la ATC entró en conflicto con el municipio de Greytown al negarse a pagar al municipio los cobros portuarios. En marzo de 1854,rotas las pláticas de arreglo entre el abogado de ATC Mr. Joseph L. White y el Consejo de Greytown, se cuenta que Mr. White apareció en las calles del pueblo blandiendo una formidable sarta de pistolas y puñales, vociferando entre abundantes maldiciones: ¡Greytown será destruida!", expresándole a los vecinos que él hará llegar una cañonera que los volaría a todos a los infiernos.

Dos meses después, el 16 de mayo de 1854, asesinan al bonguero nicaragüense Antonio Paladino.

El homicidio ocurre en el río San Juan, dentro de la jurisdicción de Greytown.  El asesino es un americano portugués de apellido Smith, capitán del vaporcito llamado Routh de la ATC.

El Routh encalló en un banco de arena, donde perdió ambos timones. Al pasar el bongo donde iba Antonio Paladino, empezó una disputa entre este y el Capitán Smith. Se cuenta que durante esta discusión Paladino tomó un fusil y apuntó hacia el vapor, entonces el capitán Smith disparó su rifle, matando a Paladino.

En el vapor Routh se encontraba el ministro para Centroamérica de los Estados Unidos, Solón Borland (1808-1864), y los pasajeros provenientes de California, quienes presenciaron estupefactos cuando el capitán Smith disparó su revólver y mató a Paladino a sangre fría, antes de echar deliberadamente el vapor contra el bongo, destrozándolo. De acuerdo con los testigos oculares, "Smith no hubiera disparado de no haber sido azuzado por Borland".

El comisario y otros funcionarios de Greytown subieron a bordo del Routh para arrestar al capitán Smith, y un bongo con dos docenas de personas armadas se acercó al vapor. El ministro Borland tomó un arma, la amartilló, y apuntó al comisario, diciendo: "Si aprecian la vida, no dejen que ese bongo se acerque más, pues dispararé y los mataré a todos ustedes. En muy corto tiempo tendré aquí una cañonera para que arregle este asunto".

Las autoridades se retiraron. Al atardecer, Borland desembarcó y visitó a Mr. J. W Fabens, agente comercial de Estados Unidos.

Posteriormente, parte de la población se congregó frente a la casa de Fabens, y algunos vecinos airados pidieron que se arrestara al ministro norteamericano por haber obstaculizado la justicia. Estando Borland parado en la puerta, alguien le lanzó una botella que le rozó y le hirió la cara. La gente se dispersó, pero durante la noche patrullas armadas rondaron las calles y colocaron centinelas impidiendo que nadie saliera, ni que atracara o zarpara embarcación alguna, quedando Mr. Borland en efecto prisionero en la casa de Mr. Fabens, hasta el amanecer.

Ya a la luz del día, Borland tomó una lancha, subió al vapor Northern Light y zarpó para Nueva York, dirigiéndose a toda prisa a Washington a denunciar el ultraje de que había sido víctima su persona. El 30 de mayo, al presentarle su caso al secretario de Estado W. L. Marcy, emitió su juicio sobre los habitantes de Greytown:

No puedo catalogarlos más que como piratas y forajidos, que deben ser castigados y exterminados por quien sea capaz de hacerlo; y, en mi opinión, los intereses del buen gobierno y de la humanidad imponen el deber a quien ha sido ofendido por ellos, de propinarles un ejemplar castigo sumario.

En ese momento, los intereses de Estados Unidos y la ATC coincidían, por lo que Joseph L. White acompañó a Borland a Washington, urgiéndole al presidente Pierce que le propinase un ejemplar castigo sumario a los vecinos de Greytown.

RESPUESTA DE LOS ESTADOS UNIDOS AL INCIDENTE

El 11 de julio de ese mismo año, en respuesta a los acontecimientos, llegó a las costas de Greytown la Corbeta de los Estados Unidos "Cyane", enviada por el secretario de Estado W. L. Marcy, quien entregó a Mr. Joseph W. Fabens, agente comercial de los Estados Unidos, la carta de W.L. Marcy donde le indicaba la reclamación del Departamento de Estado contra la villa de Greytown, donde se les exigía una indemnización por los daños sufridos por parte de los ciudadanos de los Estados Unidos, y una explicación satisfactoria por el insulto hecho recientemente a Mr. Borland, quien era su ministro en la América Central.

El Corbeta Cyane

La indemnización exigida era de 24,000 duros (dólares), bajo la amenaza de que a falta de cumplimiento de esta, la Corbeta Cyane bombardearía la ciudad de Greytown. Al mismo tiempo se hizo saber a los extranjeros en general, y a los que eran favorables a los Estados Unidos, que en la mañana del día del bombardeo estaría pronto un vapor para conducir a punto seguro a aquellos que quisiesen aprovecharlo.

No recibiendo ninguna respuesta de la población, a las nueve de la mañana del 13 de julio de 1854, se bombardeó la ciudad de Greytown y continuó el fuego con balas y bombas por espacio de una hora, seguido por un intervalo de igual duración, después del cual se volvió a abrir fuego durante media hora, a la cual siguió otra suspensión de tres horas.

Ilustración del bombardeo a Greytown


Terminado este intervalo, volvió a romperse el fuego, que continuó veinte minutos, al cabo de los cuales cesó el bombardeo.

El objeto de estos diferentes intervalos en el bombardeo era dar a los habitantes del pueblo una oportunidad para tratar de arreglar satisfactoriamente el conflicto.

Pero no se sacó ninguna ventaja y, a las cuatro de la tarde, se enviaron unas embarcaciones con instrucciones de desembarcar y completar la destrucción de la ciudad, incendiándola en su mayor parte, en el espacio de dos horas. No hubo sacrificio de vidas, pero los daños causados por balas y bombas casi equivalía a la destrucción total de la ciudad.

RECONSTRUCCION

La riqueza generada por la ruta atrajo a otros para apoderarse de ella. En 1855, William Walker se instaló como presidente de Nicaragua, asumiendo el control de los activos de la ATC. Fue derrocado en 1857 por las fuerzas centroamericanas respaldadas por Vanderbilt. Habiendo recuperado el control del ATC, Vanderbilt se acercó a Pacific Mail Steamship, que operaba rutas a través de Panamá y ofreció dejar de operar la ruta de Nicaragua a cambio de un estipendio mensual de US$ 40,000. Las empresas aceptaron esta oferta y un año después aumentaron el estipendio a US$ 56,000, cuando Vanderbilt los amenazó con reabrir la línea de tránsito, pero el ATC no volvió a funcionar nunca más.

El contrato original de Vanderbilt con el gobierno de Nicaragua, que le permitió operar el ATC, también le otorgó derechos exclusivos para construir un Canal de Nicaragua hasta 1861. En el momento, las inestabilidades políticas en Nicaragua, así como sus frecuentes erupciones volcánicas, conspiraron para hacer de Panamá un lugar más atractivo que Nicaragua.

En 1868, finalizó el contrato con la ATC. Se estima que durante los catorce años que duró la ruta viajaron 81,448 pasajeros de Nueva York a San Francisco y 70,079 de San Francisco a Nueva York.

En 1875, llegó a Nicaragua el italiano Francisco Alfredo Pellas Canessa (Génova 1850-Granada 1912), quien administraba la “The Caribean & Pacific Transit Company”, fundada hacía pocos años por su padre Carlos Napoleón Pellas y el norteamericano J.E. Hollembock. En 1877, el Gobierno de Nicaragua le dio a Pellas Canessa la exclusividad de navegación comercial por el río San Juan.

En 1894, el presidente de Nicaragua José Santos Zelaya incorporó completamente la región del atlántico al estado, momento en el cual Greytown tenía 1,482 habitantes.

En 1983, Greytown sufrió una nueva destrucción debido a las luchas durante la Revolución Sandinista. Buena parte de la población emigró a Costa Rica y una minoría hacia Managua, Granada y Bluefields. Fuerzas de ARDE atacaron Greytown el 9 de abril de 1984, al mando del comandante Cero, Edén Pastora.

Tras la guerra, en 1990 se reconstruyó la nueva ciudad llamada San Juan a pocos kilómetros al noroeste de Greytown, con 30 familias repatriadas y 20 desmovilizados de guerra. ​

El 15 de julio del 2002, bajo la ley 434, el municipio de San Juan del Norte pasó a llamarse oficialmente San Juan de Nicaragua y su capital pasó a llamarse Greytown, aunque en la práctica la gente le llama San Juan a la nueva ciudad y a la antigua Greytown.

En la visita se constató que del antiguo Greytown solo quedan, como testigos mudos, las tumbas de los cuatro cementerios que hubo allí: católico, británico, masónico y el de la fragata Sabine, donde están enterrados nueve marinos norteamericanos que fallecieron en un naufragio.

Cementerio en Greytown

Junto al cementerio, se construyó en el 2012 un aeropuerto que se encuentra en estos momentos abandonado, perdiéndose parte de lo que quedaba de Greytown.

También quedan los restos de una de las dragas utilizadas para darle profundidad a la bahía, cuando se intentó hacer el Canal Interoceánico por el río San Juan.

Antigua Draga



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